Correr, bailar, saltar y expresarse con el cuerpo son las primeras habilidades motrices que aprenden niñas y niños, lo que puede ser un gran impulso para desarrollar su creatividad desde muy temprana edad. Con el lenguaje corporal pueden relacionarse con el entorno, incluso antes de comenzar a nombrar cosas, y en el blog de Manitos a la Obra te invitamos a conocer cómo este tipo de actividades pueden fortalecer la flexibilidad, originalidad y adaptación de los más pequeños de la casa.
La creatividad y sentirnos seguros
A veces, nos vemos sorprendidos por las creaciones de los más pequeños de la casa y otras tantas, pasan desapercibidas, como algo natural pero que demandó un gran esfuerzo intelectual en el niño. La búsqueda de cosas para poder trepar y alcanzar algo que está fuera de su altura; el crear formas y grandes “edificios” con bloques de plástico o encontrar lugares para pasar que para el adulto no son el espacio lógico, son ejemplos de la creatividad de niños y niñas.
La motricidad: El movimiento para explorar el mundo
Esta creatividad aumenta cuando los peques pueden moverse adecuadamente por el entorno que les rodea. La coordinación de piernas y brazos es fundamental para que la exploración no se vea interrumpida por una caída, un paso mal dado o un accidente. Esto se puede desarrollar a través de la práctica de algún deporte, dependiendo de los intereses del niño o la niña, pero también se puede potenciar buscando instancias en donde pueda compartir con otros niños en diversos escenarios. Árboles, columpios y pasto, con la guía y supervisión de un adulto responsable, son los mejores elementos que podrían ayudarle a un niño a mejorar su coordinación o motricidad gruesa.
El cuento motor: Una historia que los mueva
Un cuento motor es una actividad pedagógica que puede realizarse en cualquier sala de clases - u otro lugar en que se encuentren reunidos- y tiene la virtud de que combina dos elementos: la creatividad y las habilidades motrices. Mientras un adulto cuenta una pequeña historia, con un relato simple, ofrece distintas acciones que niños y niñas pueden seguir e imitar. La voz del adulto diría algo como “Imagínense que van nadando por el océano Pacífico para llegar a la isla del tesoro”, mientras los niños y niñas sacarían a relucir sus distintos estilos de nado. De seguro, algunos muy peculiares y una clara expresión de su creatividad.
Este tipo de actividades, al estar fuera del marco de hacer ejercicio o practicar algún deporte, favorecen la inclusión de todos los participantes, sin la eventual presión de tener que hacer algo que impresione a los demás. Ese ambiente de seguridad y expresión corporal, tiende a fortalecer lo que se llama “creatividad cotidiana”, la que sin tener un producto que todo el mundo destaque, ayuda a afianzar la confianza de niños y niñas.
Si te interesó este tema, te invitamos a revisar estudios sobre creatividad motriz y a aprender cómo enseñar con ejemplo o aprendizaje vicario.